Que divertido hacer cosas con las manos, ahora está de moda, la gente está volviendo a descubrir ese placer fantástico que es el de ponerse con unas tijeras, un papel y mucho ingenio a reinventar el mundo ... y casi sin querer el tiempo pasa alegre, divertido, rápido y tienes entre tus manos algo que tu has hecho nacer como por arte de magia.
Tatachán ... hemos encuadernado un libro nosotros solitos.
Adela de Bara sabe mucho de eso de hacer cosas con las manos, porque lleva toda su vida empleándolas para algo más que para comer o saludar a los que quiere, y nosotros en La Demba tuvimos el gusto de recibirla y siguiendo sus consejos nos fuimos todos más alegres que unas castañuelas con nuestro librito bajo el brazo.
Primero conocimos libros especiales, llenos de ingenio y paciencia, libros prado, libros que miran, el hospital de los libros, libros monedero, libros minúsculos que cogen en una maletita de playmobil, libros acordeón, libros que se abren en las direcciones de los puntos cardinales ... libros magia al fin y al cabo.
De ese modo, casi sin darnos cuenta siquiera ya estábamos metidos de lleno en el imaginario de los libros particulares que Adela nos explicaba como si de un cuento se tratara ... para ponernos sin querer manos a la obra
escoger tamaño, forma, cortar, pegar, recortar, doblar, medir, calcular y arrugar y tirar ... poco a poco todo va cobrando forma
y sentimos que vamos a ser capaces, que nuestro pequeño librito va tomando forma, nos ayudamos, preguntamos y nos alegramos de ver que sí, que ha sido posible, nos vamos a llevar unos fantásticos libros a casa
y en un rato de nuestra tarde de sábado, niños y no tan niños orgullosos nos sentimos de la tarea realizada ... los resultados bonitos de veras ... y para muestra un botón, o varios ...
Y ahora que ya tenemos librito que rellenar, dibujar, escribir o mirar con ojos de boba contenta de su trabajo ... que mejor que ponerle un punto que lo acompañe en su andadura por el mundo.
Soivi Nikula también sabe un rato largo sobre trabajar con las manos y con mimo, y no solo eso, sino que es especialista en convertir la lana recién esquilada de las ovejas en un material con el que poder hacer cosas bellas.
Llegó al taller con algo de trabajo hecho, porque hay cosas para las que se requiere una cualidad especial ...
lavar y trabajar, estirar y volver a empezar, compactar y volver a mojar ... risas y atención a las palabras de los que saben ...
un rulo largo, que llegue hasta la luna, para que el punto de nuestro libro guarde la alegría del momento en su interior
trabajan los brazos, hace ejercicio la cintura, como si amasáramos, como si esculpiéramos, como si jugáramos el punto de libro va apareciendo ...
en un plis-plas, parece que ya por fin vamos a conseguirlo y los corazones, las formas y los colores de nuestros puntos aparecen para nosotros
libro y punto que se han hecho amigos a pesar de sus tamaños incompatibles y que ahora pasean por la Demba felices, cogiditos del cordel y contándose historias que nos hacen sonreír.
Gracias a Adela y a Soivi tenemos regalos nuevos ... y en breve más talleres, ¡ya tenemos ganitas de que lleguen!
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